sábado, 23 de noviembre de 2013

LO QUE ENSEÑAMOS A NUESTROS HIJOS

LO QUE ENSEÑAMOS A NUESTROS HIJOS
Enseñamos a nuestros hijos lo que nuestros padres nos enseñaron, y nuestros padres nos enseñaron lo que aprendieron de nuestros abuelos. Y así podemos remontarnos muy atrás en el tiempo. Es el asiento de las tradiciones y la cultura, que influencian en nuestras vivencias, experiencias y en nuestro comportamiento. Y éstos a su vez, sustentan a aquellas. Verás lo que te han dicho que veas, verás según las creencias oficializadas. Así si ves algo que no encaja en la cultura popular lo negarás, o los demás harán que lo olvides si quieres seguir permaneciendo en la sociedad de la que formas parte. Muchas veces ciertas vivencias las olvidarás porque no tendrás puntos de referencia.
Esto no deja de ser una simple anécdota si no fuera por la gran implicación que supone a través del tiempo en la historia de la humanidad. Existe un molde impuesto que ha moldeado paralelamente a nuestras sociedades, es decir que a través de los siglos se ha implantado un conocimiento arbitrario, proveniente de un elitismo al que le es conveniente, con el fin de esclavizar al ser humano. Así de claro, así de increíble.
¿No has visto por casualidad en la tele como un maltrecho niño empuña algún arma de juguete rodeado por edificios derruidos en algunos países castigados por unas guerras sin fin?, ¿le ves algún sentido?, ¿de qué te habla eso?. Los niños ven en la televisión miles de asesinatos al año. A través del tiempo ciertas clases selectas (gobierno oculto y sus regresivos lacayos) que han fundado ciertas instituciones claves se han confabulado contra el hombre para condicionarlo en el miedo, el odio, la ira, la mentira, la separación, la intolerancia, la violencia, los prejuicios, etcétera, para tenernos donde estamos y somos, ¿y qué somos?, pueblos que sirven a unos amos.
A través del condicionamiento masivo inculcado por sus medios, nos hacen creer que somos inútiles y que nuestra subsistencia depende de ellos, incidiendo en nuestro instinto de supervivencia y exaltando nuestras bajas pasiones, lo cual les asegura su total dominio.
Los estamentos gobernantes, las instituciones religiosas, las políticas educacionales, los medios de comunicación como la televisión, la radio, la prensa y los medios de entretenimiento como el cine, videojuegos y un largo etcétera, son creados y dirigidos por ese elitismo y servidores mencionados. No creo que haga falta hablar sobre la nefasta y evidente influencia que han ejercido y ejercen sobre nosotros, cada vez más manifiestos a la consciencia humana global. A lo largo del tiempo y de otros modos, condicionaron a nuestros ancestros, y nosotros seguimos transmitiendo eso a nuestros hijos. Como una imposición, seguimos enseñando lo mismo.
El objetivo es el total control sobre el ser humano al que parasitan. ¿No estás viendo como se regodean inpunemente mientras tú vives en el miedo empujado a una crisis creada sin saber qué vas comer mañana ni si vas a poder pagar tus deudas o donde caerte muerto?, te dicen que eres hijo del pecado para minar tu moral y posteriormente lavar tu cerebro, te señalan lo que es legal y lo que no lo es, construyen tu conducta, te enseñaron desde siempre que eres un incapaz y que necesitas de sus directrices para continuar subsistiendo y ser algo, pero ¿a qué coste?
 Todo ello para que seas lo que ellos quieren que seas, un servidor convencido, atemorizado y encarcelado. ¿No ves ridículo todo esto?, contribuyente te llaman, usuario te llaman, ya no eres ni persona. Las políticas sociales, educacionales y económicas se basan en eso, controlar, manipular y dirigir a los hombres.
Todo esto viene a que nos replanteemos seguir enseñando lo mismo a nuestros hijos, si queremos un mundo mejor para ellos. Debemos dejarles claro a nuestros hijos que ellos pueden crear el mundo que quieren, así tendrán la realidad que 'piensen', no participar en una realidad ajena con unos intereses oscuros. No enseñemos la basura inculcada en nosotros por esos controladores, al contrario. Debemos enseñar a nuestros hijos los reales valores humanos y sociales, el amor, la fe,  la tolerancia, la solidaridad, la cooperación, el altruismo, el respeto, la humildad, el discernimiento, la convivencia, los buenos sentimientos, tenemos que apartarlos de la televisión y de todos los medios  que le confundan y le sometan, los que intentan inculcarles la necesidad de la supervivencia y las densas pasiones.
Debemos enseñar a nuestros hijos que esos dictadores ocultos y sus corruptos empleados, agrupados en élites financieras, corporaciones y gobiernos, organizados en un sistema piramidal, ya no sirven para nada. Si la misión de estos oscuros implicaba, de alguna u otra manera y a modo de lecciones, la de darnos cuenta que en realidad somos libres, de que dependemos de nosotros mismos, de aprender a ser responsables de nuestros actos, y que somos los auténticos creadores de universos, deben saber que todo esto ya está aprendido y se han roto las cadenas, para que abandonen nuestro entorno.

Únicamente seguirán a su merced aquellos que aún no se han dado cuenta del anzuelo que les atrapa en una realidad impuesta, porque sus consciencias aún yacen dormidas y aún deben aprender. Eso no quita que intentemos llevar nuestros mensajes a todos los niños y jóvenes, atrapados en móviles y ondas electromagnéticas nefastas, tal vez estos vengan más despiertos y vean lo que sus padres no. Al fin y al cabo, son todos nuestros niños los que elevarán a la humanidad y a la Tierra a nuevas cotas, un deseo implícito en todos nuestros corazones que se nos veló pero que nunca nos dejó, como un derecho propio.

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